23.4.11

Propuestas para iniciar el cambio*

El pasado jueves 12 de agosto se llevó a cabo una mesa de análisis dentro del ciclo “2010: Reforma del Estado y fortalecimiento de la nación”, organizado por la Universidad Nacional Autónoma de México y la Asociación Nacional para la Reforma del Estado. En esa ocasión, Jorge Carpizo presentó un panorama de la situación en la que actualmente nos encontramos como régimen político y como realidad social. Pocos momentos tan oportunos para escuchar las propuestas de uno de los más grandes juristas y políticos de la historia reciente de México.

A partir de un acertadísimo diagnóstico, Carpizo delineó las propuestas fundamentales que requieren de una reforma constitucional cuidadosa y ajena a intereses particulares: autonomía del Ministerio Público y de la Auditoría Superior de la Federación, mayores facultades al Instituto Federal de Acceso a la Información, nuevas reglas para los medios de comunicación y mayor participación de la sociedad en la vida política. Cinco propuestas que, sin lugar a dudas, tendrán que ser incorporadas a las agendas política y legislativa. Cinco planteamientos que no soportan el desdén ni toleran la indiferencia.

En este espacio, en reiteradas ocasiones hemos señalado la importancia de comenzar a realizar los cambios que perfilen el país que queremos para los próximos años. Hemos también mencionado que a las modificaciones de leyes e instituciones, deben sumarse cambios en las actitudes de la sociedad, los medios y los políticos. Carpizo pone sobre la mesa propuestas viables, inteligentes y necesarias para comenzar con la sinergia que tanto requerimos.

Sorpresivamente, en este mismo tenor se ha iniciado un cambio en el Estado de México. A través de un paquete de veintidós iniciativas que incluye modificaciones a la Constitución local y la creación de nuevas leyes, Enrique Peña Nieto parece mirar más allá de los rumores que rodean el ambiente político y se coloca como un gobernante que aprovecha su liderazgo para proponer nuevos esquemas que beneficien a su comunidad. Como gobernante de los mexiquenses, es probable que Peña Nieto no coseche los frutos de la llamada Agenda Legislativa del Bicentenario. Qué bueno que así sea. De otra manera, la especulación rondaría acerca de crear y modificar leyes para ajustar la realidad a conveniencia del mandatario.

Aspectos como el fortalecimiento de los municipios, la creación de mecanismos que permitan contar con un Ejecutivo vigoroso, y el establecimiento de medidas que enriquezcan el diálogo entre los distintos órganos de gobierno, son las líneas principales de las propuestas políticas de Peña Nieto. Cada una de ellas servirá para asumirnos como lo que somos. La realidad es que somos un país cuyo gobierno más inmediato está en los municipios. La realidad es que nuestro sistema político se sustenta en la existencia de un Poder Ejecutivo fuerte. La realidad es que hace tiempo vencimos el autoritarismo y el diálogo entre los órganos de gobierno no sólo es sano, sino necesario.

No temamos a reconocer lo que somos. El autoengaño y la autocomplacencia son dos de los más grandes males que últimamente nos acompañan. Si por un lado se habla de la necesidad de contar con un Ministerio Público autónomo es porque se reconoce que no lo es, y que la dependencia de éste hacia el Ejecutivo es nociva para la vida política del país. Si por el otro se menciona que existe la necesidad de contar con mayorías legislativas, es porque ellas ayudan a que la cabeza del sistema político, esto es el titular del Poder Ejecutivo, lleve a cabo sus acciones de gobierno.

Para cambiar primero hay que tener el diagnóstico. A partir de esto se puede hablar de propuestas que nos ayuden a transformar nuestra realidad y no de improvisaciones bizarras que no resuelven nada.

* Publicado en los diarios de Organización Editorial Mexicana el 16 de agosto de 2010.

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